Pretemporada en deportes de equipo: ¿y la cabeza, qué?

La pre-pretemporada en deportes de equipo

Llega el verano y con él, ese momento que muchos deportistas de equipo marcan en rojo en el calendario: la pretemporada. Esa etapa que para algunos es sinónimo de ilusión y arranque, y para otros… de test físicos, dobles sesiones y agujetas y cansancio extremo.

Pero en los últimos años ha pasado algo curioso. Lo que antes era “el momento para ponerse en forma” se ha convertido en una carrera previa para llegar ya en forma. Muchos jugadores de fútbol, fútbol sala, baloncesto y otros deportes de equipo pasan las semanas previas a la pretemporada entrenando casi más duro que durante la temporada. Y todo con la idea de “llegar a tope”.

Pero claro… ¿y la cabeza? ¿Dónde queda todo eso que pasa por dentro cuando uno siente que tiene que demostrar desde el minuto uno?

Esto es algo real: el patrón común.

He tenido muchas conversaciones con deportistas sobre esto. Y hay un patrón que se repite: quieren llegar bien, pero no solo físicamente… quieren llegar “bien vistos”. Que el entrenador vea que estás fino, que te has cuidado, que vas por delante del resto. Que se note que tienes hambre. Y ojo, eso no es malo. Esa ambición tiene mucho valor. Pero el problema es cuando eso se convierte en presión autoimpuesta. Cuando se transforma en miedo a no estar a la altura de las expectativas, en ansiedad por tener que destacar desde el primer rondo, o en frustración si en el primer entrenamiento las piernas no responden como uno esperaba.

Hay jugadores que llegan a pretemporada con más fatiga mental que física. Han pasado todo el verano preocupados por si hacían suficiente, por si entrenaban lo adecuado, por si el resto iba a llegar mejor, por si no rendían en los primeros días… Y así, el cuerpo está listo, pero la cabeza empieza con la batería al 60%.

Claro, luego pasa lo que pasa: te notas torpe el primer día, te cuesta entrar en ritmo, no estás tan fino como esperabas… y zas, aparece el pensamiento trampa: “¿Y si no estoy al nivel? ¿Y si el míster piensa que no me he cuidado?”. Empieza el bucle. Empiezan las dudas.

pretemporada en deportes de equipo

Ser consciente

Pero vamos a parar un momento. ¿De verdad alguien rinde al 100% el primer día de pretemporada? ¿Y quién marca qué significa “llegar bien”? Porque igual hemos confundido estar físicamente preparado con estar mentalmente disponible. Y eso, en deportes de equipo, marca la diferencia.

La pretemporada es un proceso. No es una prueba de una semana para decidir tu futuro. Es un momento de adaptación, de conexión con el grupo, de volver a coger sensaciones, de recuperar dinámicas. Y sobre todo, de gestionar el ritmo, no solo del cuerpo, sino también de la cabeza.

Cambio de enfoque

Por eso, desde mi experiencia como psicólogo deportivo, siempre que puedo lanzo este mensaje: preparaos, sí. Cuidaos, sí. Entrenad antes, si os hace sentir bien. Pero no os impongáis una exigencia invisible que solo veis vosotros. Porque muchas veces, nadie os está mirando tanto como creéis. Y el rendimiento, el real, el que importa, no se mide en el primer sprint, ni en el porcentaje de grasa del primer test. Se mide con el paso de las semanas, en cómo os adaptáis, en cómo ayudáis al equipo, en cómo respondéis cuando no sale todo perfecto.

Así que este año, si estás pensando en “llegar a tope” a la pretemporada, te propongo algo distinto: llega con espacio mental para crecer. Llega con ganas, sí, pero también con margen para fallar, para aprender, para reajustar. Porque los equipos no se construyen con cronómetros ni test, sino con personas que están preparadas física y mentalmente para afrontar una temporada juntos.

Si quieres saber como enfocar la pretemporada en este sentido, contáctame aquí: https://cristhianfernandez.com/contacto/