Posiblemente has oído hablar muchas veces de lo que es la motivación y el esfuerzo. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué pasa en tu cerebro cuando logras una meta o mejoras en tu rendimiento? Aquí es donde entra en juego la neurociencia, una ciencia que estudia cómo funciona el cerebro, y algo llamado el sistema de recompensas, que es clave para entender por qué hacemos lo que hacemos y cómo podemos mejorar como deportistas.
¿Qué es el sistema de recompensas?
El sistema de recompensas es básicamente el «motor de motivación» de tu cerebro. Una de las protagonistas es la dopamina, un químico que tu cerebro libera cuando experimentas algo agradable, como ganar una competición, superar una marca personal o simplemente hacer un buen entrenamiento. Esa sensación de satisfacción que sientes no es solo algo que pasa, es tu cerebro diciéndote: «¡Esto es genial, hagámoslo de nuevo!»
Cada vez que logras algo, aunque sea pequeño, tu cerebro lo registra y libera dopamina. Esto no solo te hace sentirte bien en el momento, sino que te motiva a seguir esforzándote para volver a sentir esa recompensa. Es como si tu cerebro te diera un premio por cada cosa bien hecha.
Cómo aprendemos y mejoramos
La dopamina no solo te hace sentir bien, también es clave para aprender y mejorar. Cuando entrenas, por ejemplo, y logras mejorar en algo, tu cerebro está formando nuevas conexiones, ajustando y reforzando las rutas que te ayudan a ser mejor. Este proceso se llama neuroplasticidad, y es la capacidad de tu cerebro para adaptarse y cambiar.
Imagina que estás practicando tiros libres en baloncesto. Al principio, vas a fallar muchos, pero cada vez que aciertas, tu cerebro refuerza las conexiones que ayudaron a que eso sucediera. Con el tiempo y la práctica, esas conexiones se hacen más fuertes y eficientes, lo que te permite mejorar tu precisión. Todo esto ocurre gracias a que el sistema de recompensas te motiva a seguir intentando y mejorando.
¿Cómo podemos usar el sistema de recompensas en nuestro favor?
Ahora que sabes cómo funciona… ¿Cómo podemos usarlo para mejorar? Una estrategia simple es darte pequeñas recompensas durante el entrenamiento. No tienen que ser cosas grandes; algo tan simple como reconocer un pequeño progreso mediante el autodiálogo o darte un descanso extra después de un esfuerzo duro puede mantener tu motivación alta.
Otra técnica que funciona bien es la visualización. Se trata de imaginarte logrando tus metas, como ganar una competición o romper un récord personal. Cuando haces esto, tu cerebro reacciona casi como si realmente estuvieras logrando esas cosas, liberando dopamina y reforzando tu motivación. Es un entrenamiento mental que te prepara para el éxito.
También es importante celebrar los pequeños logros, no solo las grandes victorias. Si solo te enfocas en las metas grandes y a largo plazo, podrías desmotivarte. En cambio, si reconoces y disfrutas de los avances pequeños y constantes, mantendrás tu cerebro en un estado positivo, siempre motivado y listo para seguir adelante.
Conclusión
Entender cómo funciona tu cerebro y cómo el sistema de recompensas afecta tu rendimiento puede marcar una gran diferencia en tu entrenamiento y en cómo te sientes al practicar deporte. Al saber que cada pequeño logro activa tu motivación y mejora tu habilidad, puedes aprovechar esto para entrenar de manera más inteligente, mantenerte motivado y alcanzar tus metas deportivas. La neurociencia no es solo para científicos, ¡es una buena herramienta que cualquier deportista puede usar para mejorar!