El diálogo interno, autoverbalizaciones o gesticulación es un tema muy interesante ya que puede realizarse en cualquier deporte, el esfuerzo que ha de hacer el deportista es bajo, tan sólo aprender qué puede hacer y, como cualquier otra habilidad, practicarla en los entrenamientos una y otra vez de cara a automatizarla y que en competición le salga sin esfuerzo. Es una habilidad muy útil para mejorar la concentración, autocontrol, mayor confianza….
Al igual que en otros momentos de la vida, el deportista mantiene un diálogo interno durante el entrenamiento y también en el momento de la competición. Este diálogo, lo que el deportista se dice a sí mismo con palabras internas, puede ser negativo o positivo. Debemos tener cuidado ya que es algo que habitualmente se realiza de manera inconsciente, hay casos donde el propio diálogo interno le pasa desapercibido al jugador o lo olvida al salir de la partido o campo, así que lo primero será hacerlo consciente, implicar al deportista de cara a que se dé cuenta de lo que está pensando y diciéndose durante un entrenamiento o competición. Esto se debe a que si se trata de frases negativas que el jugador se dice constantemente, puede propiciar el bajo rendimiento, desmotivarlo y aumentar su ansiedad competitiva.
¿Se puede utilizar el diálogo interno como una verdadera intervención destinada a mejorar el rendimiento?
El diálogo interno positivo puede diseñarse para ser utilizado en lograr una mejora en el rendimiento deportivo. Nos encontramos frente a una herramienta sencilla y que puede practicarse por todos los deportistas, profesionales o no, que nos permite diseñar una estrategia de afrontamiento positivo en el momento en que el deportista debe superar algunos obstáculos que no tienen que ver en forma directa e inminente con la situación de juego.
El objetivo, cuando diseñamos estas herramientas, es permitirle al jugador aumentar la autoconfianza y mejorar su propia técnica, crear una rutina de concentración…. El diálogo interno es absolutamente particular de cada jugador, y raramente el deportista compartirá el mismo diálogo o gesticulación con otras personas.
¿Qué es el diálogo interno?
La definición de diálogo interno es: «el diálogo personal manifiesto o no, en el que el deportista interpreta los sentimientos, percepciones y convicciones y se proporciona a sí mismo instrucciones y reafirmaciones«. Cuando los psicólogos trabajamos con el diálogo interno de un jugador indagamos factores para definir el dónde, cómo, cuándo y por qué de dicho diálogo.
Lo más importante, más allá de las investigaciones y las teorías al respecto, es que el diálogo interno es una técnica efectiva para controlar los pensamientos e influir en las sensaciones del jugador o deportista.
La selección que se realice de las palabras a utilizar debe ser cuidadosamente preparada entre el jugador y el psicólogo, dado que cada palabra puede ser un disparador positivo, pero también negativo. Eso requiere de un conocimiento profundo del jugador, para poder realizar una selección de frases que tengan un efecto verdaderamente positivo. Cuando el diálogo interno se utiliza como una herramienta, no debe ser fruto de una mera improvisación, debe estar consensuado y entrenado.
a) Diálogo positivo.
Hablarse a sí mismo durante el entrenamiento colabora no sólo con la continua mejora de los aspectos técnicos si no que permite concentrar la atención en aquellos aspectos que creamos importantes: mejorar nuestros desmarques sin balón, estar atentos a los bloqueos, hacer el repliegue de forma más rápida y yendo al espacio en lugar de al balón….
· En algunos deportes se da con mayor facilidad porque el deportista se encuentra aislado de la distracción externa y por tanto puede enfocar sus pensamientos a la corrección de un aspecto técnico concreto como: «Colocar el pie derecho en la línea blanca y ejecutar 3 saltos haciendo el último siempre con el pie derecho. Concéntrate en la línea blanca y en las zancadas.»
· Mantener la atención en las acciones que realizamos y no tanto en el resultado de éstas ya que el resultado a veces es difícilmente controlable porque no sólo depende de ti. Concentrarte en tus desmarques, en el trabajo sin balón, dar apoyos constantes a tus compañeros, ser el primero en realizar la presión cuando del rival pasa la mitad del campo…
· Lo más habitual es usarlo como mejora del estado anímico. ¿Quién no se ha dicho alguna vez en una carrera «vamos solo falta un poco más», «aguanta que falta poco para la meta»…? Estas frases son disparadores que ayudar a dirigir nuestro potencial para lograr un rendimiento óptimo.
· Se utilizan también como reforzadores de autoconfianza. Creer en uno mismo nos permite explotar a fondo nuestras habilidades (siempre y cuando el reto que nos estemos marcando esté dentro de nuestras posibilidades).
La mejora de la autoconfianza es un aspecto clave
La autoconfianza se refuerza con pensamientos o expresiones como «Las cuestas es lo que mejor se me da, aquí voy a recortar ventaja», «soy el mejor del equipo lanzando penaltys, he tirado cientos de ellos en mi vida y voy a marcar», «ayer he tirado más de 50 tiros libres y he acertado un 90%, voy a encestar».
En este vídeo podemos ver a la atleta de salto con pértiga Yelena Isinbayeva hablando consigo misma antes del intento de batir su propio record del mundo. Es posible que en ese momento se esté diciendo cosas como mantener la concentración en el número de zancadas, en donde va a poner la pértiga, en hacer bien el giro en el aire…. O simplemente puede ser que esté hablando consigo misma recordándose lo mucho que ha estado entrenando y todo el sufrimiento que ha pasado para llegar hasta ese momento. Podemos ver que 4 años después, en otros juegos olímpicos, realiza la misma acción.
b) Diálogo negativo.
Muchas veces hemos visto a un tenista romper la raqueta, a un futbolista golpear el balón dentro de su portería al encajar un gol… Son mecanismos de defensa ante la frustración percibida por no ser capaces de resolver la situación.
Esos gestos, diálogo negativo… los perjudican siempre y cuando no sean capaces de canalizar esa frustración hacia la mejora o hacia revertir la situación.
Es muy habitual que el deportista en el momento de competir no se dé cuenta de qué cosas puede controlar y cuáles no. Por ejemplo, en un partido de fútbol no podemos controlar las decisiones del árbitro o la actuación del portero rival, en el ciclismo no podemos controlar el clima o el estado de la carretera…
En cambio, hay otros aspectos que si podemos controlar, como el no darse por vencido, la voluntad, la perseverancia…. y debemos encauzar el pensamiento negativo hacia estas actitudes mediante el diálogo positivo.